8 pautas sobre qué decir (y qué no decir) a los padres de un bebé con discapacidad

8 pautas sobre qué decir (y qué no decir) a los padres de un bebé con discapacidad

Las familias que acaban de tener un bebé con algún tipo de discapacidad pueden estar conmocionadas a nivel emocional. El entorno puede actuar como un amortiguador de todo ese estrés, inquietud y miedo ante los retos que están por venir en referencia a las necesidades de ese bebé.

La llegada de un bebé con discapacidad suele causar un gran impacto en la familia y su entorno cercano. A los sentimientos y emociones de alegría naturales ante la llegada de un nuevo miembro, se suman la inquietud, la confusión y e incluso el miedo. Los padres de ese bebé muy seguramente se sientan en cierto modo abrumados por la situación, y aunque cada familia es única y reacciona de forma diferente, todas ellas están en un momento especialmente vulnerable.

Si alguien próximo a ti está actualmente en esta situación, seguramente te asalten muchas dudas sobre cuál es la mejor forma de actuar: no sabes muy bien qué decir primero, cómo reaccionar ante las emociones de esos padres, cuál debe ser tu posición ante lo que ha ocurrido, cómo evitar comentarios que puedan hacerles sentir mal… ¡no te preocupes! ¡Es completamente normal!

Si estás leyendo esto, significa que quieres ayudar a esa familia a afrontar estos primeros momentos de la mejor forma posible. Aquí te dejamos 8 consejos sobre qué decir, y qué no decir, a unos padres con un bebé con discapacidad:

  1. No ignores el diagnóstico: aunque a los padres del bebé les duela hablar del tema, ignorar el tema puede agregar mucha artificialidad a la situación, y puede hacer que los padres se sientan aislados y poco comprendidos. Muéstrate abierto a preguntar, respetuosamente, sobre el estado actual de la situación. Un buen puente para comenzar a hablar del tema es preguntar si necesitan ayuda con algo específico, o cómo están yendo las pruebas de diagnóstico, si las hubiere.
  2. Déjales espacio: aunque esto podría aplicarse a cualquier familia ante el nacimiento de un nuevo bebé, es conveniente no atosigar ni agobiar, sobre todo los primeros días. Muéstrate disponible para hablar o visitarles, cuando ellos estén preparados.
  3. Resalta sus puntos fuertes: ten en cuenta que su situación ha cambiado radicalmente. Criar a una persona con necesidades especiales puede suponer un reto, y ellos pueden sentir que no están lo suficientemente preparados para afrontar la situación. Intenta identificar sus habilidades personales que pueden ayudarles en esta nueva etapa. Eso les hará sentirse reconfortados y empoderados.
  4. No caigas en los estereotipos: siempre puedes informarte un poco sobre la condición del bebé antes de hacer la primera visita o tener la primera conversación con los padres. Es conveniente no decir frases excesivamente halagadoras, que ponen la situación en un lugar que no le corresponde, por ejemplo “los niños especiales sólo se los mandan a gente especial”, o “los niños con discapacidad son ángeles caídos del cielo”. Los padres pueden no sentirse bien con ese tipo de afirmaciones, que aunque dichas con buena intención, no son ciertas.
  5. Muéstrate dispuesto a coger al bebé: esto puede resultar obvio, pero algunas personas pueden mostrarse reticentes a cargar a un bebé con discapacidad por sus características físicas (miedo a hacerles daño, a lo desconocido, rechazo, etc.). Haz un ejercicio de autoreflexión y evalúa tus propios miedos antes de visitar a la familia. Coger un bebé es una experiencia maravillosa, en todos los casos.
  6. Pregunta cómo se sienten y ofrece ayuda: no tengas miedo de preguntar cómo se sienten en ese momento. Algunas personas pueden ser prudentes a la hora de “meterse donde no les llaman”, pero quizás a los padres les venga muy bien hablar con un buen amigo sobre su situación actual. Además, muchos bebés con discapacidad tienen problemas de salud asociados, por lo que pueden necesitar ayuda extra en tareas domésticas, de cuidado del bebé, etc. A veces, ayudar a arreglar la casa o preparar la comida puede ser justo lo que necesita esa familia.
  7. Evita los comentarios que den a entender que ese bebé es “inferior”: vale, claro que nadie queremos eso. Pero algunos comentarios del tipo “puedes intentarlo de nuevo y tener un bebé sano”, o “no te preocupes, siempre puedes darle un hermanito para que le cuide” no son nada recomendables en una situación así.
  8. Responde a sus emociones con concordancia: no intentes modificar los estados emocionales de esos padres. Si se sienten mal, escucha con respeto y comparte su dolor y su duelo, si se sienten bien, celebra su alegría con ellos. Eso les hará sentirse escuchados y comprendidos. Recuerda que tener un bebé con necesidades especiales es un reto, pero no es una tragedia, y puede haber momentos igualmente buenos en estos primeros momentos.

Las familias que acaban de tener un bebé con algún tipo de discapacidad pueden estar conmocionadas a nivel emocional. El entorno puede actuar como un amortiguador de todo ese estrés, inquietud y miedo ante los retos que están por venir en referencia a las necesidades de ese bebé. Saber actuar ante esta situación puede convertirnos en un gran apoyo en estos momentos que, si bien pueden ser difíciles, también engloban todos los aspectos positivos la llegada de un nuevo miembro en la familia.