Acoso escolar en niños

El acoso escolar o bullying es el maltrato físico y/o psicológico de manera continuada que sufre un alumno por parte de sus compañeros.

¿Qué es el acoso escolar o bullying?

El acoso escolar (también conocido como bullying) se define como las intimidaciones o agresiones, que se producen de forma reiterada, sistemática y durante un tiempo prolongado hacia un niño o niña por parte de uno o más compañeros.

Las agresiones pueden ser de carácter físico (bofetadas, golpes, patadas, pellizcos, empujones, abusos), psicológico (intimidación, ridiculización, burla, amenaza, hostigamiento, acoso a la salida del centro), verbales (amenazas, insultos y motes, menosprecios en público, difusión de rumores, comentarios ofensivos) y de exclusión social (ruptura de la comunicación con su grupo, manipulación social).

¿Cómo puedo saber si mi hijo está sufriendo acoso escolar o bullying?

Generalmente, los niños o adolescentes que sufren acoso escolar lo suelen hacer en silencio, por miedo a las represalias de los agresores si lo cuentan, por no saber dónde acudir o por temor a que no les crean y ser rechazados.  Es fundamental que los adultos de su alrededor (familias y personal del centro) creen un clima de apoyo y confianza para que el niño o adolescente comunique lo que está pasando. Además, los adultos han de estar atentos a las señales que pueden estar informándonos de que el niño o adolescente está sufriendo acoso escolar:

  • Miedo o rechazo a acudir al centro escolar.
  • Presencia de lesiones físicas.
  • Llora a menudo sin que sepamos muy bien por qué.
  • Ha empezado a perder cosas constantemente, y suele traer pertenencias rotas.
  • Sufre cambios de humor muy drásticos.
  • Pasa mucho tiempo solo y no sale con amigos.
  • Descenso en su rendimiento escolar.
  • Problemas de sueño y/o alimentación.
  • Tristeza o síntomas de depresión.
  • Apatía y pasividad por hacer lo que antes le gustaba.
¿Cómo se interviene en una situación de acoso escolar o bullying?

La intervención debe desarrollarse a nivel global, estableciendo un protocolo de intervención por parte del centro escolar y con la implicación absoluta de las familias, tanto de la víctima, como de los agresores. Además, el profesional de la psicología puede intervenir dirigiendo todo ese proceso y actuando de cara a mejorar las consecuencias negativas a nivel psicológico que pueda presentar la víctima.

¿Sabías que...?
  •  El 34, 6% de los alumnos reconoce que no pediría consejo a su profesor o profesora en caso de encontrarse en una situación de violencia.
  • Sólo 1 de cada 3 de los que lo sufren son capaces de denunciarlo (33%).
  • En el acoso escolar, los espectadores juegan un papel fundamental, ya que son los que pueden alertar de las agresiones o incluso impedirlas.